Casa museo de Blas Infante
Casa de Blas Infante.
La casa de Blas Infante, situada entre las localidades sevillanas de Coria del Río y La Puebla del Río, es uno de los inmuebles con mayor importancia simbólica de la historia contemporánea de Andalucía. Actualmente forma parte de un complejo museístico denominado Recinto de la Autonomía de Andalucía, cuyo objetivo es difundir la trayectoria del pueblo andaluz hasta la consecución de la autonomía.
En abril de 1983, el Parlamento de Andalucía reconoce a Blas Infante como Padre de la Patria Andaluza en un acto de justicia histórica por lo determinante que fue su papel en el proceso autonómico andaluz. La casa fue adquirida por la Junta de Andalucía en el año 2001 y en 2006 fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento por ser un espacio con un valor histórico y simbólico fundamental. El Centro de Estudios Andaluces, fundación adcrita a la Consejería de la Presidencia, fue la institución designada para su gestión, difusión y conservación.
A principios de 1930, Blas Infante comienza la construcción de la que será su residencia hasta 1936 siguiendo una idea original y propia que combina elementos del regionalismo y de la arquitectura andalusí. En su casa de Coria del Río, situado en un altozano con vistas al Guadalquivir, Infante dejó el legado material más importante de su labor en pro de la Autonomía Andaluza. Él mismo la diseñó no sólo como residencia, sino como reflejo físico de sus intereses vitales e intelectuales, adjudicando a cada elemento de la casa un significado, una intención. La denominó Dar – al – farah, que significa “la casa de la alegría”.La construcción de la casa corresponde a la última etapa de su vida, entre 1931 y 1933. Posee un estilo muy personal que mezcla elementos de varias épocas y tradiciones, alejándose del estilo regionalista típico de la construcción de principios del siglo XX.
Por fuera destaca su apariencia sobria, con muros de ladrillo coronados por almenas escalonadas propias de la tradición almohade. Por dentro, la casa combina una serie de elementos como yeserías, azulejos, pinturas murales, muebles y columnas que conforman un interior ecléctico y abigarrado que encierra una profunda simbología.
Como estancias más destacadas se encuentran el comedor principal de la familia Infante, que recoge en sus cuatro paredes pinturas murales de estilo orientalista como reconocimiento del papel de la cultura musulmana en la historia de Andalucía; la biblioteca, que consta de más de 1.500 volúmenes; o el despacho, en el que pueden contemplarse algunos de los objetos habituales de su trabajo, como el sillón perteneciente a Emilio Castelar, la mano de bronce que le regaló su amigo y escultor Lorenzo Coullaut Valera o el archivo donde guardaba los documentos personales y profesionales.
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