La presencia humana en esta zona se remonta a la Edad del Bronce, como se desprende de una serie de restos hallados en la Sierra de Cabra, un ajuar funerario perteneciente a un enterrio colectivo.
En época íbera, esta zona parte de una vía comercial que comunicaba Granada con el valle del Guadalquivir.
Tampoco se han encontrado restos de una población estable en época romana. Sí existieron, en cambio, asentamientos vinculados a pequeñas explotaciones agropecuarias.
En época hispanomusulmana se construyó una alcazaba en el Cerro de San Juan. Algunos historiadores apuntan a que puede tratarse de la fortaleza de Bagtawira, propiedad de una importante familia que a finales del siglo IX - principios de siglo X se reveló contra los Omeyas.
En 1245 Fernando III el Santo conquista el lugar, pasando a depender de Úbeda algunos años después. A partir de 1492 comienzan a asentarse en la zona ganaderos que poco a poco van conformando una comunidad. Se nombran entonces dos alcaldes y dos concejales para su gobiernos.
Los ganaderos pagaron un tributo de ocho millones de maravedíes, recibiendo por ello cien cuerdas de tierra. En el siglo XVI, varios vecinos reclamaron a Felipe II las mismas condiciones. Se entabló un pleito ante la negativa de Úbeda, que finalemnte ganaron los vecinos.
En el siglo XVI la aldea pertenece al señorío de los Marqueses de la Rambla.
En el siglo XVII es cuando la aldea recibe el nombre actual. Esto se debe a que un brazo manco sanó milagrosamente durante la estancia de un cuadro, copia del Santo Cristo de Burgos que portaba un arriero para ser expuesto en Guadix. El cuadro fue trasladado a la parroquia, y cuando su dueño, Jerónimo de San Vítores de la Portilla, lo reclamó, el obispo Moscoso, (posteriormente nombrado cardenal), atendió la petición del pueblo e intercedió para que dicho lienzo permaneciera en la aldea. El cardenal, además, financió la construcción de una iglesia para alojarla. Se convierte entonces el pueblo en lugar de peregrinación, y el lugar, conocido como "Cabrilla", recibió merced al milagro, el "Del Santo Cristo".
En este mismo siglo fue vendida la aldea por Felipe IV a José de San Vítores. Finalmente, en el XVIII será una villa realenga.
Evolución de la villa en el siglo XVI: Nacimiento, población y primeros vecinos.
Antes de adentranos a esudiar de lleno los hechos más sobresalientes acahecidos en este sentido a lo largo del quinientos, y a modo de breve resumen, pues de lo contrario incidiriamos en aspectos ya tratadosen otras publicaciones, conviene que recordemos que hasta 1545, año en que por mandato del Emperador Carlos V, vienen desde Ubeda a estas tierras los primeros 50 vecinos, con intenciones repobladoras, creandose un sencillo Concejo(Ayuntamiento)y el priorato de la iglesiaparroquial, todos los historiadores, desde los ya clásicos,como Ximena Jurado, Argote de Molina, etc., a los actualescomo Pascual Guerrero o Rodriguez Molina, afirman, afirman que, este territorio fuera conquistado al poder musulmán en fechas muy temprenas, concretamente en 1245 por Fernando III, en relación con su entorno geografico, que no lo sería hasta bien entrado el siglo XV. Fruto de unas escaramuzas bélicas del Rey .Santo para istraer a los musulmanes de Granada y asi conquistar Jaén, en 1254; y aunque estas tierras fuerón cedidas a Ubedapor el mismo monarca, donación ratificada por su hijo Alfonso X, el Sabio, en 1254; sin embargo la ciudad de Ubeda no pudo disfrutar de hecho de estos monterales parajes,-entonces una óptima dehesa para el ganado-, ya que, al estar situados en la misma linea de la frontera entre el Reino Cristiano de Castilla y el musulmán de Granada, las razzias e incursiones, tanto de un lado como el de otro, impedirían cualquier asientamiento humano estable.
La paz y la estabilidad duradera no llegarian hasta la definitiva conquista del reino nazari de Granada por los Reyes Catolicos lo que llevaron a cabo entre 1482 y 1492. Asi pues, una vez fijados los limites jurisdiccionales de Ubeda y reinando la paz tras la conquista de Granada, los ganaderos ganaderos ubetenses empezarian a aprovecharse de los ricos pastos de la dehesa de Cabra,(Cabrilla es el topónimo afectivo)enviando a estas tierras a sus pastores con sus ganados, quienes levantarian sus sencillas viviendas, pues la vida pastoril en si conlleva una existencia errante y poco estable. asi, pues, sabemos por el escribano de Ubeda, Rodrigo de Quesada, que el corregidor de esa Ciudad, Alonso Solis, en cumplimiento del mandato imperial,el 7 de Agosto de 1545 nombró a los 50 vecinos que iban a venir a poblar la nueva villa.
Todos ellos, con el dicho corregidor al frente, se trasladarón aqui justo un mes despues, el 7 de Septiembre de 1545, el tiempo suficiente para medir las parcelas y los solares que se les habrian de dar mediante sorteo, de aqui que vulgarmente se les conociera con el nombre de "suertes". Entregándosele a cada uno de los vecinos, ademas del dicho solar para edificar su vivienda, con las que surguieron las primeras calles de la localidad, a saber la Palma y la Calle Herrera, una parcela de 100 cuerdas, entre secano y regadio. A desmontar las primaras en la dehesa, mientras que las de regadio se midieron en el lugar que conocemos como la Alamedilla.
Pocos dias después, el 30 de Octubre de 1545, el Obispo auxiliar de Jaén D. Cristobal de Arquellada, en nombre del titular de la diocesis el Cardenal D. Pedro Pacheco, consciente de las necesidades espirituales de la nueva población, crea el priorato de la iglesia parroquial, bajo la adbocación de Nuestra Señora de la Expectación, viniendo a ocuparlo interinamente el cura D. Grabiel Gila.
Finalmente, el citado corregidor, antes de regresar a Ubeda, dejo organizado en la nueva población un rudimentario Concejo,compuesto por dos alcaldes ordinarios, dos regidores y un alguacil, si bien sus atrubuciones eran bastante limitadas, pues en los asuntos civiles, por ejemplo, no podian entender por encima de los 100 maravedies.
En consecuencia, la nueva localidad queda estrechamente sometida a Ubeda, tanto en lo civil como en lo religioso, pues también el priorato se puso bajo la tutela del arziprestazgo de esa hermosa Ciudad.
Sin embargo, estas parcelas, que se sortean y entregan a aquellos primeros cincuenta vecinos, no se las darian en total propiedad, ya que al ser tierras de propios y de comunes del municipio ubetense, éste se las cederia en régimen de arrendamiento, aunque el canon a pagar por el disfrute de las mismas fuese bastante bajo.
Además, como una de las condiciones para poder disfrutar era el tener que trasladarse a vivir a este lugar, algunos de ellos pronto las traspasaron a otras personas. Asi, por ejemplo, el dia 28 de octubre de este mismo año,(1545), Antonio Barrero y Catalina de la Torre, su mujer, vecinos de Ubeda ceden las tierras de regadio y secano, más el solar, que les habia tocado en suerte "...en el lugar de Cabra que por mandato de su Majestad, ahora se puebla a Juan de Santa Cruz de Cebar..", y éste un año despues, el 27 de octubre de 1546, se las traspasa a Andres Ribero de Espinosa.
Curiosamente este ultimo personaje mencionado, para 1561, fecha en que se hace el segundo reparto de tierras o vecindades, tenia acumulada en su persona 10 vecindades; Dª. Maria de Salcedo 4 vecindades, y D. Francisco Salido Herrera, 2 vecindades, es decir entre los tres acaparaban 16 vecindades o "suertes". Ello nos demuestaque alguno de aquellos primeros vecinos se sehicierón pronto de su percela, bien por que la vida en aquellos primeros momentos de la aldea no fuera nada facil, bien por fallecimiento, enfermedades o por cualquier otra causa.
De las 34 vecindades restantes, otras 14 para la fecha señalada(1561), en que, de procederse a un segundo reparto de parcelas o "suertes". Se hace el primer padrón del municipio, y algunas parcelas o "suertes", ya habían sido vendidas a otras personas, mas conocemos los nombres de sus primeros poseedores, ya que en el citado padrón figuran como vendedores.
Asi pues, si conocieramos los nombres de los 16 vecinos que enagenarón sus propiedades en D. Andres Ribero de Espinosa, Dª. Maria de Salcedo y D. Francisco Salido Herrera, tendriamos la relación completa de los 50 primeros vecinos de Cabra..(Cabra del Santo Cristo).
No obstante, creo que merece la pena incluir aqui la lista completa de las 34 personas que, en 1561, disfrutaban de unavecindad o "suerte". Asi pues, tenemos a: Sebastián de Baeza, Juan Caballero, Juan de Ocaña, Ramón Alonso, Lorenzo Ortega, Martin Rus de Alcalá, Miguel de Espinosa, El Licenciado Carvajo de Castilla, Andres Martinez, Antonio Montemayor, Antonio de Baeza, Bartolomé García, Bernardo de Acevedo, Melchor Ortega, Alonso Hidalgo, Catalina Sanches, Miguel Ruiz de Vilchez, Alonso Ruiz Antolino, Andres Torres de Guadahortuna, Los herederos de Juan del Moral, Alonso del Moral, quien compró la vecindad a Pedro Alferez, Fernán Ruiz, que la adquirió de Diego de Arcos, Alonso Grande, que la compró a Martín de Mendoza, Francisco Vilchez, que la Adquirió de Apolinar Ruiz de la Coba, Francisco Garcia y Sebastián Jimenez, que la compraron a Gil de Cabrera, Alonso Garcia de Béjar, que la adquirió de Marcos de la Hoya, Francisco Torres, que la compró a Francisco de Buitrago, Francisco Hermoso, que la adquirió de Francisco de Bres, Francisco de San Pedro que la compró a Francisco López de Béjar, Luis Melguizo, que la adquirió de Cristóbal Ortega Caballero, Pedro Muñoz, que la compró a Biedma de Jaén, Pedro Tamayo, que la adquirio de Ramón Quesada, Miguel Ruiz Gallo, que la compró a Sebastián García, Pedro Sandoval, que la adquirió de Pedro Alonso de Espinosa.
La ocasión para acceder a la total propiedad de sus vecindades o "suertes", a estos primeros vecinos les llegaria a comienzos del reinao de Felipe II,(gobernó de 1556 al 1598). La hacienda Real, constantemente acuciada por la falta de dinero, 25 millones de ducados,(9.375 millones de maravedies), se debian al acceder al trono el nuevo monarca, y él mismo tuvo que decretar en varias ocasiones la bancarrota, la primera por cierto en 1557, impuso a los vecinos de esta villa, al igual que sucederia con otros lugares del reino, un servicio,(un tributo extraordinario y único) de 8 millones de maravedies a pagar en varias ocasiones.Ante ello, el Concejo de Cabra negocia con el representante de la Hacienda Real, el jesuita Bartolomé de Santa Cecilia, entregar esa cantidad de una sola vez a cambiode que se les reconociese la total propiedad de sus vecindades o "suertes", y también que se les garantizase que, a partir de ahora, ningun vecino de Ubeda, ni el tribunal de la Mesta le iban a impedir roturar las cuerdas de tierra de sus "suertes",aunque esta roturación se hiciese bastante tiempo después, ya que les habian sido entregadas con tal fin. A ello accede el representante real, aun cuando ésto supusiera oponerse a la Ciudad de Ubeda, cuya extensión de tierras de propios y de comunes,(tierras de jurisdicción real), se iban ver bastante mermada. E,incluso,implicaba ir contra la politica econonómica oficial del momento,en donde imperaba la idea de favorecer a la ganaderia, que tan buenos y saneados ingresos proporcionaba a la Corona, en detrimento de la agricultura,la verdadera cenicienta del sistema económico del"Antiguo Régimen".
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