domingo, 29 de diciembre de 2013

Cortegana (Huelva)




En la época visigótica aparece en la "Hitación de Wamba", CORTESA, coincidiendo en su posición con el pueblo actual, por ello debe referirse al nombre visigodo de Cortegana. En la época árabe aparece el nombre Cartsana, referido por el geógrafo árabe del siglo XIII Himyari. En la época cristiana, aparece en el repartimiento de la ciudad de Sevilla por San Fernando con el actual nombre de Cortegana. A finales del siglo XIII y principios del XIV, toda la zona serrana será un territorio de disputa entre Castilla y Portugal. Ello va a ser decisivo para la construcción del castillo de la villa y restantes de la zona.



Con fecha 6 de diciembre de 1253, el Rey D. Alfonso X El Sabio confirmó los fueros otorgados por San Fernando a la ciudad de Sevilla. En ellos se nombra a Cortegana, Zufre, Aracena, Almonaster, Mora, Serpa, Aroche, Ayamonte, Andévalo y otros más. El día 10 de agosto de 1284, el Rey Sancho IV el Bravo entra en la ciudad de Sevilla y confirma los privilegios otorgados por Fernando III y Alfonso X el Sabio a dicha ciudad. En ella se nombra a Cortegana como villa de Sevilla. El 4 de junio de 1293, estando el Rey Sancho IV en Valladolid, concedió licencia para fabricar fortaleza en diversas partes de la frontera, que concedió y lo acrecentó después con un albalá dado en Toro el día 4 de noviembre. En dicha licencia, se ordenan entre otros los castillos de Cumbres, Santa Olalia, Aroche y Fregenal. Se ocluye el de Cortegana, pero podemos deducir, sin temor a error, que la primitiva construcción del castillo de Cortegana es de finales del siglo XIII y que su misión era defender la frontera con Portugal en aquellos tiempos litigiosos.

Los Reyes Católicos ordenaron a la ciudad de Sevilla en 1477, enviasen treinta lanceros a las villas de Aroche y Cortegana para defensa contra las incursiones de los portugueses. Juan de Ledesma, en el año 1633, nos habla del Santuario de Nuestra Señora del Castillo, y de la devoción que la villa siente por una de las imágenes que acompañan a Nuestra Señora del Castillo, Nuestra Señora de la Piedad, a la que achacan muchos milagros y acciones. Posteriormente, desbancaría a la primera, convirtiéndose en patrona de la villa, y lo es actualmente.

Establecida definitivamente la paz y acotada la frontera con Portugal, Cortegana entra en sombra histórica, no encontrándose en los documentos consultados más datos que cambios de Alcaide, reformas en el castillo, pleitos entre sus habitantes o asuntos eclesiásticos.

En la nueva división provincial del siglo XIX, queda enclavada en la actual Huelva.

A principios del siglo XX se produce una incipiente industrialización, pero pronto decaen manteniéndose en unos niveles artesanales, menos los mataderos.

Urbanísticamente, tiene la estructura característica de los pueblos de montaña: carnio ordenado orgánicamente en calles que siguen las curvas de nivel, con un trazado irregular y sin unos ejes dominantes por la casi ausencia total de una plaza central.

sábado, 28 de diciembre de 2013

Vera (Almería)







Historia




Vera es un importante crisol de culturas que abarca dos milenios de historia, desde la Barea cartaginesa, la Baria romana y musulmana hasta el nacimiento de la Vera actual. Todo ello ha quedado recogido en el Archivo Histórico Municipal (uno de los más importantes del sur de España) y además reflejado en los yacimientos arqueológicos de Villaricos, en Cuevas Del Almanzora (Baria, Barea) y los vestigios del Cerro Espíritu Santo, donde se encuentra sepultada Vera "La Vieja".

Bajo el dominio musulmán, la población se trasladó de la costa al interior, en el Cerro del Espíritu Santo. Fue reconquistada en 1488 por Fernando el Católico. El ejército cristiano planta sus reales en las inmediaciones y allí acudirán a prestar juramento de fidelidad los moros de las poblaciones de la comarca. En 1494 los Reyes Católicos le concedieron el título de muy Noble y muy Leal Ciudad, fueros y reconocimiento como ciudad.

En 1518 sufrió un terremoto extraordinariamente violento, que produjo 150 muertos y devastó totalmente la población, por lo que se trasladó al sitio actual. Tres de los habitantes que quedaron, tras el consentimiento de Carlos I de reconstruir la ciudad, lanzaron una flecha y donde cayó, hicieron levantar el pueblo. La nueva ciudad se edificó en 1520 y tenía planta cuadrada, cerrada por muros guarnecidos por ocho torres con almenas. Fue entonces cuando se levantaron la iglesia-fortaleza de Nuestra Señora de la Encarnación, sobria en el exterior y gótico-mudéjar en su interior (al ser una Iglesia fortaleza, en el subsuelo tiene un acuífero que se empleaba para beber en caso de tener que guarecerse allí debido a una guerra. No posee un cementerio como el resto de iglesias, así que junto con la de Sevilla, son las dos únicas iglesias españolas con un acuífero debajo del suelo), la iglesia de San Agustín, la ermita de la Virgen de las Huertas y la Plaza Mayor, corazón de la ciudad.

Durante los S.XVI y XVII las sublevaciones de los moriscos y las incursiones berberiscas provocan la inseguridad y las penurias hasta la expulsión de los moriscos.

En el siglo XVIII, los intentos de modernización dieron lugar a la creación de la Sociedad de Amigos del País (la 2ª que se crea en Andalucía y la 4ª en España).

El siglo XIX también fue una época dura para la ciudad debido a las epidemias, la guerra contra los franceses y la represión absolutista.

El siglo XX trajo al municipio un nuevo desarrollo económico de mano de la minería, en Sierra Almagrera (Cuevas Del Almanzora), de la floreciente agricultura y, actualmente, de un turismo creciente y de una industria emprendedora.

martes, 17 de diciembre de 2013

Alcazaba de Malaga


La Alcazaba de hoy día es el resultado de un largo proceso histórico que podría dividirse en cuatro etapas: El periodo árabe, del siglo X al siglo XV; Tras la Reconquista hasta el siglo XVIII; el del abandono de su estructura militar y deterioro, que abarcaría el siglo XIX hasta los comienzos del siglo XX; y el de su recuperación como Monumento Histórico Artístico desde la década de los años 30 del siglo XX hasta nuestros días.
Algunos historiadores musulmanes afirman que fue el rey de taifas bereber, Badis ben Habús, quien ordenó construir la Alcazaba, usando para su embellecimiento mármoles, columnas y estatuas del teatro romano adyacente, pero estudios ponen en tela de juicio esta afirmación ya que existen indicios que plantean que en vez de una labor de construcción, se trató de una restauración de un antiguo recinto amurallado de origen fenicio-púnico. Así mismo, anteriormente a Badis ben Habús, la dinastía Hammudí, últimos Califas de Córdoba y reyes de la Taifa de Málaga, que trasladaron durante la Fitna de al-Ándalus la corte califal a Mālaqa, utilizaron el recinto de la Alcazaba y sus estancias como residencia palaciega.
Los Almorávides irrumpieron en ella en 1092 y los Almohades en 1146. Posteriormente, en 1279, es rendida a Muhammad II Ben al-Ahmar y pasa a formar parte del reino nazarita. Durante la Reconquista, la Alcazaba constituyó un infranqueable bastión musulmán en la toma de Málaga por Fernando el Católico, quien tras vencer y conquistar a El Zagal en Vélez, sitió la ciudadela que estaba en manos del Hamet el Zegrí y sus Gómeres. El asedio comenzó el 5 de mayo de 1487 y no logró derrotar al ejército musulmán constituido por tres mil gómeres y ocho mil hombres armados. El 18 de agosto, Ali Dordux, tras negociar su ciudadanía como mudéjar, rinde la Alcazaba, pero, bajo el mando de el Zegrí y Alí Derbal, el Alcázar de Gibralfaro resistió dos días más hasta sucumbir por el hambre y la sed. El 19 de agosto de 1487 entraron en la ciudad los Reyes Católicos, izando la cruz y el pendón de Castilla en la Torre del Homenaje de la Alcazaba. El rey Fernando entregó a Málaga la imagen de la Virgen de la Victoria, talla de origen alemán regalada por el emperador Maximiliano I al monarca español, que desde ese momento se convirtió en patrona de la ciudad.
Aunque existen testimonios sobre su buen estado de conservación hasta 1675, con el paso de los años, la ciudadela padeció un largo proceso de deterioro, siendo especialmente dramáticos el terremoto de 1680 y el bombardeo de la ciudad de Málaga que hicieron nueve buques franceses desde la bahía en 1693, en el transcurso de la Guerra de los Nueve Años. Durante la Guerra del Rosellón en 1794 fue presidio para 479 franceses y se erigió en el recinto, por orden del Secretario de Estado, el Duque de Alcudia, el Hospital Real de San Luis. Más tarde los muros exteriores y parte del recinto interior fueron usados para caserío. No fue hasta las primeras décadas del siglo XX cuando comienzan los trabajos de rehabilitación, especialmente desde los años 30 del siglo XX. Los principales responsables de estas labores fueron, entre otros, el crítico de arte Ricardo de Orueta, los arquitectos González Edo, Torres Balbás, Fernando Guerrero-Strachan Rosado y Prieto Moreno, y el investigador y académico Juan Temboury, todos bajo el auspicio del gobernador civil en aquel momento, Emilio Lamo de Espinosa.La Alcazaba es una edificación construida sobre la roca y en la que destaca la armoniosa conjunción de las necesidades defensivas y la serena belleza de sus estancias y jardines interiores. Desde su construcción, se trataba de una fortaleza urbana, con uso político-administrativo como sede del gobierno y aposento para las jerarquías de la ciudad. De los 15.000 metros cuadrados de espacio interior que se conservan en la actualidad, 3.478 son de construcciones que podríamos calificar como civiles, 3.516 de edificaciones de carácter militar y el resto es superficie no edificada.
Archivo: Alcazaba-IMG 2828.jpg


De su estructura original, se ha perdido completamente el denominado Haza de la Alcazaba o Haza Baja, el recinto inferior cerrado y meridional de la Alcazaba, que los castellanos denominarían tristemente "el corral de los cautivos", y que el Dr. Rodríguez de Berlanga, testigo de su demolición, describía en su obra "Malaca" como estructura de ciclópeos muros y torreones, sin duda, más importantes que los actualmente conservados, ya que constituian la primera línea defensiva frente al mar. Asimismo, en la antigua calle del Zagal de la Alcazaba, se encontraba la antigua mezquita-capilla bajo la advocación de San Gabriel que mandó construir el rey Fernando en 1497, hoy también desaparecida.Para llegar a la zona superior del palacio, donde habitaba el cadí o el alcaide de la ciudad, y que aún se conservaba en buen estado en 1675 según relataba D. Cristóbal Amate de la Borda y donde se hospedó S.M. Felipe IV durante su visita a la ciudad en 1625, era necesario atravesar desde el interior de la ciudad tres recintos concéntricos amurallados y alargados, y ocho puertas fortificadas; dos de ellas en recodo, que daban seguridad a sus habitantes, tanto a los reyes y gobernadores musulmanes, que habitaron el palacio taifal y el palacio nazarita, como a los que moraron en el arrabal a intramuros.
Las torres y los muros han sido reconstruidos en parte, antes y después del paso de la ciudad a manos cristianas. En su construcción se emplearon materiales de acarreo y se reutilizaron piezas del anexo teatro romano, como columnas y capiteles.
Las construcciones en los comienzos del periodo musulmán se realizaron de piedra caliza numulítica, de canteras próximas al mar, alternando sillares de canto con otros de frente. Pero esta piedra se descompone muy rápidamente con la humedad, por lo que se tuvieron que efectuar pronto reparaciones. A finales del siglo XIII o primeros del XIV, se reforzaron los muros y torres, adosándoles muros de mampostería al exterior.
Zona de ingreso al recinto superior

Toda la zona de ingreso sufrió modificaciones recién conquistada la ciudad por los Reyes Católicos. Una vez traspasada la puerta principal y la llamada Puerta de las Columnas, se ha de subir una rampa con peldaños, que termina en el Arco del Cristo.

Éste arco es un pasadizo en recodo abierto en el interior de una torre, cuya parte superior fue reconstruida. El arco de entrada, rodeado por unalfiz de ladrillos, descansa sobre pilastras y tiene clave de piedra, que estuvo dorada, en la cual se labró en hueco una llave. En la estancia alta había un matacán, como así atestiguan dos ménsulas de piedra que sobresalen en el muro. La bóveda del pasadizo es vaida y de ladrillo. En las jambas del arco interior quedan restos de piedra numulítica, de la obra del siglo XI. La puerta fue reconstruida a finales del siglo XIII, como demuestra la llave esculpida en la clave del arco de ingreso.

Frente a la puerta de salida del Arco del Cristo aparecieron restos de muros romanos de hormigón revestido de estuco rojizo y pequeñas albercas excavadas en pizarra, destinadas a la preparación del garum (pasta de pescado que elaboraban los romanos).
Plaza de Armas


Se trata de uno de los elementos conservados más interesantes, es una zona llana desde la cual se domina casi toda la ciudad, y donde después de la conquista se instaló la artillería, por lo que se bautizó como Plaza de Armas. Junto a esta se encuentra la Torre de la Vela y la Puerta de La Coracha, una comunicación al paso murado que la une con el castillo de Gibralfaro. En la Torre de la Vela se instaló una campana después de la conquista de la ciudad.

Trabajos arqueológicos realizados por el Dr.Acién han localizado en este enclave vestigios de una

primitiva mezquita aljama del periodo emiral, siglo VIII.
Puerta de los Arcos
El ingreso al último recinto se hace a través de la Puerta de los Arcos y Torre del Tinel. Una vez traspasada la puerta de los Arcos se tuerce a la izquierda para alcanzar la plataforma superior. En las excavaciones de esta parte tan sólo se encontró un silo o mazmorra, donde encerraban durante la noche a las cautivas cristianas que trabajaban de día. Fernando Guerrero Strachan trazó en esta zona una serie de jardincillos en pequeñas terrazas, donde se instalaron una pila de baño romana de mármol, un jabalí labrado en piedra y un enorme pie humano de mármol de época romana también.


Recinto superior: Palacio taifal y nazarí

El recinto superior, al que solo se accede a través de la puerta abierta en la Torre de los Cuartos de Granada, llamada Puerta Siete Arcos, está protegido en su otro extremo por la gran Torre del Homenaje. Está ocupado íntegramente por el Palacio, que en realidad son dos, los restos de uno taifal y el nazarí, y el barrio de las viviendas o barrio castrense, con ocho viviendas del siglo XI, los baños, el actual taller de restauración y el aljibe.



Cuartos de Granada




En la parte central del recinto superior se encuentran los “Cuartos de Granada”, donde vivían los reyes y gobernadores. La arquitectura aquí es de estilo nazarí, tratando de conseguir un escenario neutro donde se alternen zonas de luz y de sombra. En los muros de las salas y habitaciones, reconstruidas, existen pequeñas alacenas para exhibir fragmentos de cerámica musulmana hallados en las excavaciones.

El palacio estaba organizado a base de patios rectangulares y crujías en torno. Hay tres patios subsistentes que tuvieron en sus lados pórticos abiertos por tres arcos, mayor el del centro, disposición típica de los patios islámicos andaluces. Del primero de ellos, el más pequeño, sólo está reconstruido el pórtico sur, con tres arcos de herradura, que descansan sobre dos columnas intermedias de mármol. Este pórtico pertenece a la reconstrucción realizada durante los siglos XIII o XIV.

A occidente del pórtico, y en comunicación con él, existe un pequeño pabellón también reconstruido, abierto en sus cuatro frentes por arcos lobulados de yeso entrecruzados.



Barrio de viviendas o castrense y Torre del Homenaje





En la parte más oriental del último recinto se encontraron las ruinas de un barrio de pequeñas casas formado por tres manzanas entre calles enlosadas.

Un pequeño baño y dos viviendas muy pequeñas conformaban la manzana sudoeste y otras dos pequeñas también las de la manzana más oriental. De mayor tamaño eran las tres viviendas encontradas en la manzana sur. La altura máxima de los muros que se han conservado es de un metro. Las puertas de las viviendas estaban compuestas por dos hojas de madera. La distribución de las viviendas estaba muy bien aprovechada: todas con un pequeño patio casi cuadrado, con aceras y crujías alrededor, en torno al cual se distribuían las habitaciones. Algunas de las casas conservan los primeros peldaños de las estrechas escaleras que conducían a la planta superior. El suelo de las habitaciones consistía en una capa de mortero de cal teñida de almagra, aunque algunas conservan losetas de barro y piezas de mármol aprovechadas. En el interior de las casas se encontraron zócalos pintados de rojo, con inscripciones en cúfico y dibujos geométricos de lazo de a ocho.

En la parte septentrional del barrio había un baño, en donde el agua subía a través de una noria desde un pozo profundo al que llamaron Airon, en el recinto inferior.

El barrio disponía asimismo de un sistema de atarjeas para el alejamiento de las aguas negras, y casi todas las viviendas disponían de letrinas, lo que acredita el alto nivel de civilización que existía.

Al final del barrio se encuentra la Torre del Homenaje de planta casi cuadrada, obra del siglo XIV. Se construyó una vivienda en su parte alta, con salas y patio. De la escalera de subida no quedan huellas.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Totalán


 Es un municipio español de la provincia de Málaga, Andalucía. Está situado en la comarca de la Axarquía, a unos 22 kilómetros de Málaga y a 553 km de Madrid por carretera.
Es uno de los municipios más pequeños de la provincia tanto en superficie como en población. En 2010 cuenta con una población de 737 habitantes; en 2000 contaba con 6162
El núcleo urbano, de calles blancas, estrechas y empinadas, está enclavado en un paisaje de suaves lomas donde se cultivan viñedos y almendros.El pequeño municipio de Totalán, recorrido de norte a sur por el arroyo del mismo nombre, extiende su irregular y alargada superficie entre la comarca de la Axarquía, a la que pertenece, y la Hoya de Málaga. Como frontera que es entre ambas zonas, en su paisaje asoman las características de esos dos territorios, aunque se observa un cierto predominio de la topografía propia de los Montes de Málaga.
Se trata, por lo tanto, de un terreno en el que predominan lomas y barrancos cuya cubierta vegetal está integrada básicamente por olivos, almendros, matorrales y pastizales, y sólo en las riberas del arroyo se ubican algunas huertas en las que se cultivan hortalizas y frutales. Estando años atrás sembrado casi en su totalidad por vides, las cuales perecieron por completo por la plaga de la filoxera. Este pequeño territorio está rodeado de cerros de altitud media-baja, como el de Salazar (512 metros), Vareno (501 metros) o el de las Herrerías (664 metros). El arroyo Totalán es de caudal estacional y en ocasiones registra fuertes crecidas.
Muy pocos datos históricos existen para recrear la historia de Totalán, lo que no quiere decir que no existiera, teniendo en cuenta que se han encontrado restos megaliticos que datan del IV y III milenio antes de Cristo. Anterior a la conquista por la tropas cristianas, y aun después de este acontecimiento los datos sobre esta localidad tampoco son abundantes. Se sabe que pertenecía al alfoz de Málaga, y también se tienen noticias de la existencia de un torre de la que en la actualidad no queda prácticamente nada. Sí está documentado que en 1483, unos años antes de la toma de Málaga, El Zagal derrotó en tierras de este municipio a parte del ejército cristiano que se desplazó desde Antequera a esta zona, siguiendo el curso del arroyo Totalán, para atacar la guarnición musulmana que se hallaba acampada cerca de Moclinejo. Los árabes fueron informados a tiempo de la llegada de los cristianos y salieron victoriosos del enfrentamiento.
Sobre el origen del nombre del pueblo circula la teoría de que Totalán en árabe significa ‘torta’. Hay además algunos documentos que recogen la existencia de varios caseríos en la zona denominados Tortela, Tortila y Tortalán, lo que viene a indicar, según la mencionada teoría, que en alguno de estos lugares se produciría la típica repostería andalusí, pero hasta el momento no se han encontrado vestigios de la existencia de esta artesanía.
Existe también la creencia de que en la época musulmana el arroyo Totalán era caudaloso, lo que explica la existencia de un molino de aceite en este territorio. En cualquier caso, al no haber documentación sobre ningún acontecimiento de realce en este municipio, todo apunta a que la historia de Totalán a partir de la conquista cristiana corre pareja a la de los pueblos limítrofes, tan pareja que también se notó, y mucho, la plaga de la filoxera a finales del siglo XIX, que acabó con todas las vides de la zona, que eran la base de su economía.
La destrucción del principal recurso económico de Totalán –la vid- trajo como consecuencia el paulatino abandono de cortijos y tierras, pero el mayor éxodo de la población se produjo en la década de los 40, en plena postguerra, cuando muchos de sus vecinos marcharon a la barriada malagueña de El Palo, en busca de un medio de vida en la propia capital de la provincia, lo que ocasiono que pasara a tener unos 600 habitantes de los casi 1500 con los que contaba antes de la plaga.
En actualidad Totalán es un pueblo dependiente económicamente de fuera, en pleno desarrollo, rico en tradiciones y cultura, con casas blancas y calles estrechas como el resultado de su pasado andalusí, pueblo cuya historia se está escribiendo día a día por sus habitantes y sobre todo los más jóvenes.

Sierra de Yeguas HD: Típico pueblo blanco andaluz. Provincia de Málaga ...






Sierra de Yeguas es un municipio español de la provincia de Málaga, Andalucía, situado en la comarca de Antequera. El término municipal de Sierra de Yeguas está situado en el borde noroccidental de la Comarca de Antequera , en el límite de la provincia deMálaga con la de Sevilla.

El pueblo de Sierra de Yeguas es de fundación relativamente moderna, mediados del siglo XVI y los documentos más antiguos que se conservan en los archivos parroquiales y municipales datan de los siglos XVI y XVII.

Por el nombre, se supone que los habitantes de este término se dedicaban a la crianza de ganado equino, existiendo al sur de la población un pilar que se cree era el abrevadero general.

No obstante, no muy lejos del lugar donde actualmente se encuentra el casco urbano, se han hallado restos pertenecientes al Neolítico, como hachas de piedra pulimentada, que acreditan la presencia del hombre primitivo por estas inmediaciones. 3 tropas del regente don Fernando, tío del rey Juan II, antes de la conquista de Antequera en 1410. Si esto fue cierto, los parajes que rodean Sierra de Yeguas verían una de las formaciones militares más grandes de aquellos tiempos, con huestes traídas de Castilla, Ecija, Marchena, Sevilla y de otros lugares donde los vasallos del rey tenían tropas adelantadas.

El personaje más importante que merece destacarse, no por ser nacido en el pueblo, sino como muestra de gratitud hacia él, es don Francisco Granados Arjona (1835-1919), natural de Benamejí, quien afirmó que debajo de la sierra había agua abundante, tan necesaria. Hizo lo posible por convencer a todo el pueblo del peso de su razón e invirtió su propio capital en cavar pozos con picos y palas, que no se pudieron concluir al agotarse sus medios económicos. Sesenta años después, en el mismo sitio y con materiales modernos de perforación se han hecho numerosos pozos que dan agua a muchas hectáreas de cultivo, que han cambiado la fisonomía del pueblo y sus alrededores.Sierra de Yeguas

miércoles, 11 de diciembre de 2013

CIENTÍFICOS SITÚAN EL ORIGEN DE LA ESCRITURA EN TRES CUEVAS MALAGUEÑAS



Hallan signos que apuntan a una estructura de comunicación en el Paleolítico Superior, entre 40.000 y 10.000 años antes de Cristo.

Un grupo de científicos ha documentado en las cuevas de Nerja, de la Pileta y Navarro I, todas en la provincia de Málaga, signos que apuntan a una estructura de comunicación, que podría considerarse el origen de la escritura en el Paleolítico Superior, entre 40.000 y 10.000 años antes de Cristo.

Éste ha sido uno de los asuntos abordados en el tercer Encuentro Internacional de Doctorandos y Postdoctorandos "El arte de las sociedades prehistóricas", que se ha celebrado durante el pasado fin de semana en Nerja y en el que se han presentado 32 comunicaciones por parte de un expertos en arte rupestre procedentes de seis países.

Los participantes han acordado las pautas que se deben utilizar en el desarrollo de la metodología de datación del arte prehistórico en cualquier lugar del mundo, dada la actualidad del posible primer arte de la humanidad y la importancia que esta cuestión tiene para explicar la evolución de las sociedades en el pasado.

Así, durante el encuentro se han presentado varias comunicaciones sobre el origen del arte y los posibles yacimientos prehistóricos candidatos a constituirse como emblema de esta hazaña de la humanidad, que están situados en el norte y sur de la Península Ibérica, Sureste de Francia y Australia.

El conjunto de trabajos del encuentro, organizado por la Universidad de Córdoba y la Fundación Cueva de Nerja, ha versado sobre las expresiones gráficas de las sociedades paleolíticas, el legado artístico de las sociedades holocenas y diversos aspectos técnicos y metodológicos en relación con el análisis y registro del arte prehistórico.

El gerente de la Fundación Cueva de Nerja, Ángel Ruiz, ha subrayado la necesidad de afrontar el estudio de las manifestaciones prehistóricas para el acercamiento a las sociedades que las produjeron y no como un elemento descontextualizado y desprovisto de reflexión histórica.

Asimismo, ha hecho hincapié en la importancia de depurar los métodos de datación, "confrontando varias técnicas de análisis para abordar cuestiones cronológicas sobre el arte y las ideas entre investigadores de diferentes zonas geográficas, perspectivas teóricas y rango académico y científico".

Ruiz ha explicado que, "dado el alto nivel de debate y reflexión" alcanzado en los tres encuentros realizados hasta el momento, los miembros del comité científico acordaron en esta ocasión constituirse de forma permanente para garantizar la continuidad y el rigor de estas citas, "tan beneficiosas para la integración de los investigadores".

El encuentro que se ha celebrado en Nerja constituye la herencia de dos reuniones anteriores, la primera en Toulouse (Francia) en 2008 y la segunda en Zaragoza en 2011.

Averroes


El 10 de diciembre de 1198, muere en Marrakech Abul Walid Muhammed Ibn Ruchd, más conocido por Averroes, natural de Córdoba, considerado uno de los más grandes filósofos de al-Andalus por su cultura enciclopédica y la influencia que ejerció en los saberes de las universidades que surgen en el siglo XIII. Fue filósofo y médico andalusí, maestro de filosofía y leyes islámicas, matemáticas, astronomía y medicina.

A finales del siglo XII una ola de fanatismo invadió Al-Ándalus después de la conquista de los almohades, y Averroes fue desterrado y aislado en Lucena, cerca de Córdoba, prohibiéndose sus obras. Meses antes de su muerte, sin embargo, fue revindicado y llamado a la corte en Marruecos. Muchas de sus obras de lógica y metafísica se han perdido definitivamente como consecuencia de la censura. Gran parte de su obra sólo ha podido sobrevivir a través de traducciones en hebreo y latín, y no en su original árabe.

El cadáver de Ibn Rushd fue depositado durante tres meses en el cementerio de la puerta de Tagazut, para ser más tarde trasladado a Córdoba, donde fue enterrado junto a las tumbas familiares en el cementerio de Ibn Abbas. Ibn ' Arabi, testigo personal de su entierro escribió: "'Y ya no volví a encontrarme con él hasta que murió Ibn Rushd; y fue trasladado a Córdoba donde está su sepultura. Cuando fue colocado sobre una acémila el ataúd que encerraba su cuerpo, se pusieron sus obras en el costado opuesto para que le sirvieran de contrapeso. Estaba yo allí parado ...y dije para mis adentros: a un lado va el maestro y al otro lugar van sus libros. Más dime: sus anhelos ¿se vieron al fin cumplidos?


Joaquín Turina Pérez


El 9 de diciembre de 1882, llega al mundo en Sevilla el legendario compositor Joaquín Turina Pérez.

Cuando tenía cuatro años una empleada doméstica le regaló un acordeón con el que hizo toda clase de improvisaciones, adquiriendo la reputación de niño prodigio, al acompañar al coro de niñas del colegio del Santo Ángel, centro en el que recibiera el niño músico las primeras lecciones de solfeo.

Paralelo a su labor como compositor, Turina, Premio Nacional de Música 1926, se desempeño como catedrático de Composición en el Conservatorio de Madrid y fue miembro de la Academia de San Fernando.

Fue condecorado con la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, y de su producción sobresalen las obras orquestales: "La Procesión del Rocío, opus 9" (1912); "Danzas fantásticas, opus 22" (1920), y "Sinfonía sevillana, opus 23" (1920), entre otras.

Fue además pianista profesional, director de orquesta, profesor de composición, crítico musical, pedagogo, conferenciante y escritor.

Historia de Chercos.-Almeria


Chercos es un municipio español de la provincia de Almería, Andalucía. En el año 2012 contaba con 307 habitantes. Se encuentra situada a una altitud de 805 metros y a 79 kilómetros de la capital de provincia, Almería.
Originalmente, el pueblo se ubicaba a unos tres kilómetros hacia el sur cerro arriba. En los años 40 del siglo XX, el entonces alcalde Antonio Sáez Sáez decidió mudar el pueblo a su localización de hoy por ser un sitio más conveniente y estar mejor comunicado. Esta decisión causó el disgusto de algunos, quienes al principio se resistieron al cambio. Las calles de Chercos Viejo fueron restauradas a principios del siglo XXI. Varias casas del pueblo viejo, así como su iglesia, siguen siendo utilizadas por sus dueños durante los veranos y fines de semanas. En 2013 quedaban dos hermanos como los únicos residentes permanentes de Chercos Viejo, además de una colonia de gatos.
Historia de Chercos.
Chercos viejo es un salto al ayer, con todo lo que ello implica para el visitante, y es, por lo tanto, referencia inexcusable de la sierra, uno de sus lugares con mayor personalidad, tanta como las pinturas rupestres de la Piedra Labrá en medio del infernal camino de acceso (un altar que representa escenas de la vida cotidiana). Según Oliver Asín, Chercos es un topónimo que deriva del vocablo mozárabe o del árabe vulgar Yerku, que significa «la encina», aplicado al lugar, por el encinar que hubo en su entorno. Al no quedar datos ni topónimos que se puedan referir a la Edad Media, a lo largo de estos últimos siglos diferentes autores le han denominado Xercos, Chortos, Jercos, y su forma actual Chercos. Aunque tenemos que diferenciar Chercos Viejo y Nuevo. Chercos Viejo es una alquería antigua construida a cal y canto; en su momento las oficinas municipales se trasladaron al lugar llamado Las Huertas, por ser un lugar más confortable, y es de donde nace Chercos Nuevo. Se sitúa en plena Sierra de los Filabres y en el camino que une los dos pueblos se encuentra «La Piedra Labrá» o «Piedra de los Moros», primer vestigio humano en la historia de Chercos. Según García del Toro, los grabados rupestres de esta piedra tienen un carácter narrativo e historiado sin ninguna alusión estética. El grabado representa escenas de la vida cotidiana y en su conjunto podría utilizarse como ara o altar para el culto al aire libre. Data del segundo milenio a. C.
De época romana se supone el pequeño puente, a tan sólo unos metros del pueblo, identificándose una vía romana de segundo orden. Durante la Edad Media, siendo Chercos musulmán, formará parte del Estado de Filabres o Tahal, que tenía a Tahal por cabeza, y al amparo de su alcazaba se agrupaban dos docenas de aldeas, de las que quedan actualmente ocho, entre ellas Chercos. La zona fue ocupada por beréberes con carácter tribal y su presencia se constata en los restos de un castillo y un aljibe en Chercos Viejo, junto a las casas más altas. Bajo el pueblo discurre una galería que conduce a la mina de una fuente, también de dicha época. Tras las Capitulaciones de Almería en 1488, los Reyes Católicos concedieron el Estado de Tahal como señorío a don Enrique Enríquez (en 1490), tío del rey don Fernando y su mayordomo mayor. Este señorío se componía de 14 lugares, entre ellos Chercos. El siglo XVI comienza con la construcción de su iglesia bajo la advocación de Santa María, en 1505, al igual que en otros pueblos del Estado de Tahal. Posteriormente fue quemada y destruida durante la rebelión de los moriscos. Su última construcción se supone que data de mediados del siglo XIX. Al perderse el libro de Apeo y Población, que se realizó en 1577 tras la expulsión de los moriscos, no quedan datos sobre el lugar, pero, según fuentes de Simancas, en Chercos había 360 moriscos y tenía una extensión de 13,7 km. Entre 1570 y 1699, este señorío pasa por enlace matrimonial o venta al Marqués de Aquilafuente (de Alcalá y duque de Abrantes). En 1593, según visita de Jorge de Baeza y Haro, en el pueblo residían 24 pobladores con 10 casas en buen estado. A lo largo de los siglos XVII y XVIII se observa un aumento de población, según consta en el Censo de Ensenada, realizado en 1752, contando 112 casas y 428 habitantes, y pertenecía al Señorío de Muñatones y no al Marqués de Aquilafuente, como se dice en la copia del censo que se guarda en el Archivo Histórico Provincial de Almería. Se recogen los topónimos de Asperilla, Nivera, Marchalejos, Talayón, Calar, etc.
El siglo XIX se presenta con el liberalismo y la abolición de los señoríos en 1835. El pueblo, según Madoz al realizar su Diccionario Judicial en 1846, pertenece al Partido Judicial de Purchena, y su término está dividido en cortijadas denominadas del Soto, Campillo, Boquera, Gasparillo y el Cuarto. La población, entre el pueblo y las cortijadas, sumaba 583 habitantes, siendo su actividad principal la agricultura, en un terreno difícil y duro; la producción era fundamentalmente de cereales y legumbres (trigo, cebada, lentejas, garbanzos), hortalizas y cáñamo.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Historia de Castro de Filabres.-Almeria


Castro de Filabres tiene su origen en un campamento, con toda probabilidad el de la reina bereber Al Kahima, a finales del siglo VI o principios del VII, la mítica reina de un pueblo romanizado (de ahí el término Castro) venido del norte de Africa huyendo de las tropas del Islam que se extendían por las tierras del Mediterráneo sur.

El caminar histórico y la vida cotidiana de Castro se encuentran totalmente vinculados a la Sierra, a sus riquezas y al trabajo de unos hombres y mujeres curtidos en la necesidad, pero firmemente arraigados al encanto de su pueblo. La historia más conocida de Castro arranca a principios del siglo VIII de nuestra era con el establecimiento en las laderas de la sierra de un grupo de beréberes norteafricanos llamados yarawá, que llegaron a Almería huyendo de los árabes.
Estos beréberes, muy romanizados y cristianos, estuvieron dirigidos por una reina de nombre al-Kahima. El nombre de Castro procede del topónimo latino que se refiere a campamento y todos los datos históricos apuntan que estos beréberes norteafricanos romanizados lo fundaron y que la reina al-Kahima plantó allí su campamento, de donde consecuentemente le viene el nombre. Es curiosa la historia de nuestra sierra de Filabres como refugio de minorías religiosas perseguidas. A principios del siglo VIII aquí hallaron refugio los beréberes romanizados huyendo de los árabes. Desde aquel siglo vivieron en paz hasta el siglo XII unas comunidadesde mozárabes, muchos de los cuales se fueron con el rey aragonés Alfonso el Batallador a repoblar el valle del Ebro. En el último tercio del siglo x se refugió en Velefique un grupo de jarichíes, secta musulmana perseguida en Córdoba por los rigurosos maliquíes, que habían conseguido hacerse con el clero musulmán del califato gracias a la protección que les dispensaron los omeyas cordobeses. No cabe la menor duda de que a Castro llegó la influencia del gran santón sufí hispanomusulmán Sidi Abu Ishaq Ibrahim ibn al-Hayy, nacido en el cercano pueblo de Velefique y al que la historiografía le atribuye la construcción de la fortaleza de su pueblo y 20 mezquitas en los otros pueblos de la sierra. Más tarde, una vez que los Reyes Católicos plantearon a los musulmanes del reino de Granada que se bautizaran o emigrasen, los vecinos musulmanes de los Filabres se alzaron en armas y resistieron a los ejércitos castellanos hasta su muerte. Durante 70 años se refugiaron musulmanes devotos, que disimularon y conservaron su fe, y cuando los moriscos de la Alpujarra, el Andarax y el Almanzora se rebelaron y volvieron a las prácticas religiosas musulmanas, desde los pueblos de la Sierra bajaron los alfaquíes para adoctrinarlos en la fe que tenían olvidada. Los filabreños defienden su tierra con torres, alcazabas y castillos, de los que quedan las ruinas en algunos pueblos o al menos existen algunas referencias documentales. Castro también contó con una fortaleza árabe de la que quedan sus ruinas. La mayor parte de los topónimos medievales desaparecieron durante elsiglo XVI cuando llegaron los nuevos pobladores a Castro y hoy los que quedan responden a los topónimos modernos recogidos por los censos de Ensenada, confeccionados por los vecinos a mediados del siglo XVIII. En Castro pertenecen a esta época los topónimos de distintas zonas del término municipal, como molino del Aljibe y pagos del Olivo Grande, de la Balsa, de las Animas, del Barranco de la Balsa, Caserones, Cuesta y Ejido, Heras, Zaurdillas, Pradillo, Loma de Altazar, Hoyas, Carrascal, Barranco de los Cocones, Cortijillo, Frailes, Castaños y Moraleda. Tan sólo Mezar es medieval. Tras la conquista de las tierras de los Vélez, Vera, Filabres, Baza y Almería por los Reyes Católicos en 1489, éstos se reservaron unos pueblos del reino de Granada para administrarlos ellos directamente, a los que se llamó de realengo, para distinguirlos de los de señorío, que eran pueblos dados con determinadas facultades y limitaciones a los nobles que les habían asistido y servido con sus personas, haciendas y vasallos durante la guerra de Granada. Los pueblos de los Filabres fueron dados en señorío a diversas personas de la nobleza vinculadas a los monarcas. Así los Reyes Católicos dieron Castro de Filabres, Olula de Castro y Uleila del Campo al Duque del Infantado en 1490.

Más tarde, Castro pasó a los herederos de don Enrique Enríquez, con lo que su señorío o "Estado de Tahal" se compuso de 14 lugares, de los que se conservan ocho y los otros seis quedaron despoblados en el 1570. Según el Censo de Ensenada, el señor obtenía de renta de Castro unos 2.046 reales. Castro de Filabres pagaba a la Iglesia, según el Censo de Ensenada de 1752, unos 1.514 reales por el diezmo. A título de anécdota, a mediados del siglo XVIII, el cura de Castro vivía en Velefique, desde donde atendía su parroquia, de la que percibía 222 reales de primicias al año. Entre 1502 y 1568 la población del Estado de Tahal es totalmente morisca, con media docena de cristianos viejos. Cuando entre 1568 y 1570 se rebelaron los moriscos de la Alpujarra, en la zona de los Filabres se sumaron a las armas más de 800 hombres, que fueron derrotados por don Juan de Austria. De los 3.000 moriscos que vivían en el Esta do de Tahal al comenzar la guerra, más de la mitad perecieron, unos en el combate y la mayor parte de hambre y enfermedades. Una cuarta parte fueron vendidos como esclavos y la otra cuarta parte huyó a Murcia o fue sacada a Albacete y llevada a Cuenca. De Castro y Olula de Castro salieron unos 100 moriscos. Sacados los moriscos de los pueblos de la sierra de los Filabres, el panorama de soledad y abandono era sobrecogedor. Se impuso la repoblación y ésta fue muy lenta. Castro se repobló con diez vecinos, y a finales del siglo XVI sólo quedaban ocho. Desde la rebelión de los moriscos, Castro y muchos pueblos de los Filabres no lograron alcanzar el nivel de población que habían tenido. El paulatino movimiento de población posterior de Castro de Filabres se refleja en losdistintos censos, en los que se anotan los vecinos que vivían en el pueblo. Así, en 1752 habitaban en Castro unos 176 vecinos; a mediados del siglo XIX, unos 257; a principios del siglo XX, unos 426, que es el mayor nivel de población existente en Castro en los últimos siglos, para descender a partir de la década de los cuarenta, y sobre todo de los setenta, con el fenómeno generalizado de la emigración, que tomó como destino la capital de la provincia, las tierras catalanas y las vecinas repúblicas de Francia y Alemania. Economia. Castro está experimentando un importante desarrollo en los últimos años,gracias a la labor de sus representantes públicos, y felizmente está saliendo del olvido en que se tenía en unos años de incuria y de abandono. La nueva carretera que le une con Tabernas facilita ampliamente el acceso al pueblo y ello supone una mayor posibilidad de visitas en el marco del turismo ruraly de desarrollo de Castro.
Son muchos los castreños que viven en la capital y que están rehaciendo sus antiguas viviendas construidas de pizarra. Los encantadores y frescos veranos de Castro vuelven a poblarse de vecinos en busca de la tranquilidad y del anhelo de respirar el airepuro de los Filabres. Castro está recobrando la alegría que siempre tuvo. La hospitalidad de sus habitantes contribuye de una manera importante a sentar las bases de un futuro esperanzador, que no se puede truncar, y que todos los que aman las costumbres y la historia de los pueblos de nuestra Sierra de Filabres deben contribuir a defender.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Casa museo de Blas Infante

Casa museo de Blas Infante


Casa de Blas Infante.
La casa de Blas Infante, situada entre las localidades sevillanas de Coria del Río y La Puebla del Río, es uno de los inmuebles con mayor importancia simbólica de la historia contemporánea de Andalucía. Actualmente forma parte de un complejo museístico denominado Recinto de la Autonomía de Andalucía, cuyo objetivo es difundir la trayectoria del pueblo andaluz hasta la consecución de la autonomía.
En abril de 1983, el Parlamento de Andalucía reconoce a Blas Infante como Padre de la Patria Andaluza en un acto de justicia histórica por lo determinante que fue su papel en el proceso autonómico andaluz. La casa fue adquirida por la Junta de Andalucía en el año 2001 y en 2006 fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento por ser un espacio con un valor histórico y simbólico fundamental. El Centro de Estudios Andaluces, fundación adcrita a la Consejería de la Presidencia, fue la institución designada para su gestión, difusión y conservación.
A principios de 1930, Blas Infante comienza la construcción de la que será su residencia hasta 1936 siguiendo una idea original y propia que combina elementos del regionalismo y de la arquitectura andalusí. En su casa de Coria del Río, situado en un altozano con vistas al Guadalquivir, Infante dejó el legado material más importante de su labor en pro de la Autonomía Andaluza. Él mismo la diseñó no sólo como residencia, sino como reflejo físico de sus intereses vitales e intelectuales, adjudicando a cada elemento de la casa un significado, una intención. La denominó Dar – al – farah, que significa “la casa de la alegría”.La construcción de la casa corresponde a la última etapa de su vida, entre 1931 y 1933. Posee un estilo muy personal que mezcla elementos de varias épocas y tradiciones, alejándose del estilo regionalista típico de la construcción de principios del siglo XX.
Por fuera destaca su apariencia sobria, con muros de ladrillo coronados por almenas escalonadas propias de la tradición almohade. Por dentro, la casa combina una serie de elementos como yeserías, azulejos, pinturas murales, muebles y columnas que conforman un interior ecléctico y abigarrado que encierra una profunda simbología.
Como estancias más destacadas se encuentran el comedor principal de la familia Infante, que recoge en sus cuatro paredes pinturas murales de estilo orientalista como reconocimiento del papel de la cultura musulmana en la historia de Andalucía; la biblioteca, que consta de más de 1.500 volúmenes; o el despacho, en el que pueden contemplarse algunos de los objetos habituales de su trabajo, como el sillón perteneciente a Emilio Castelar, la mano de bronce que le regaló su amigo y escultor Lorenzo Coullaut Valera o el archivo donde guardaba los documentos personales y profesionales.




Manilva





Historia

La fertilidad de la zona y su privilegiada situación geográfica, ha sido un gran atractivo para todos los pueblos de la Antigüedad que decidieron asentarse en esta zona y que hicieron que Manilva estuviera poblada desde tiempos prehistóricos
Aunque hayan aparecido restos del Paleolítico, las únicas evidencias que tenemos hasta el momento serían, en la mayoría de los casos, más fuentes de aprovisionamiento de recursos líticos que asentamientos humanos propiamente dichos.
Sí están especialmente bien representados los momentos del Bronce Final gracias al asentamiento de Los Castillejos de Alcorrín, enclave del siglo IX a. C. que evidencia los contactos existentes en este momento entre el mundo indígena y los primeros colonos fenicios.
La presencia romana está documentada desde el cambio de era, gracias a pequeñas explotaciones agropecuarias cercanas a tierras de alto valor agrícola.Estas, se abandonarían de forma gradual, posiblemente debido a la movilización de la población hacia la costa, motivado entre otras causas por el gran auge que a lo largo del Siglo II van a tomar las industrias de salazón de pescado. Buen ejemplo es el conjunto arqueológico del Entorno del Castillo de la Duquesa, constituido por los restos de una villa, termas, necrópolis y una gran factoría de salazón de pescado con un mercado adosado a la misma.
A inicios del siglo V, se producen una serie de hechos históricos que suponen, para esta zona, el abandono de la mayor parte de los asentamientos de primera línea de costa.
Tras la conquista musulmana es especialmente interesante la constatación de un poblamiento rural disperso. Estas poblaciones dependerían con probabilidad del mayor asentamiento conocido en la zona en estos momentos: la fortaleza y medina ubicada en la actual Casares.
El entorno del río Guadiaro y por lo tanto el actual límite de Manilva con la provincia de Cádiz, sería durante años la frontera del Reino Nazarita de Granada. En 1485 se entrega Casares (Málaga) a las tropas cristianas, pasando a manos del Duque de Cádiz.
No es hasta 1530 cuando nace el “Cortijo de Manilva”, siempre dependiente de Casares. Su origen responde a la necesidad de repoblar los terrenos más cercanos a la costa para paliar en lo posible la presencia de la piratería norteafricana, favorecida con la despoblación de estas tierras más cercanas a la primera línea de playa. Así, se conceden por el duque numerosos solares a repobladores de Casares.
El aumento paulatino de la población se produce al amparo del cultivo de caña de azúcar y su industria y los viñedos, auténticos motores de la economía de Manilva durante siglos.
En octubre de 1796 se consigue, la concesión del Real Privilegio de Villazgo a Manilva con la segregación definitiva de la que hasta ese momento fue su matriz, la villa de Casares, asignándosele término municipal propio.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Cártama




Pueblo muy antiguo que se remonta a la época de los fenicios. Cuando estos llegaron a la actual zona de Cártama, vieron que la falda del monte estaba habitada por aborígenes, con los que rápidamente establecieron relaciones comerciales. Poco a poco, se fusionaron con ellos dando lugar a Cartha, que quiere decir lugar oculto o escondido.
Posteriormente, en la época de los romanos, pasó a llamarse Cartima. Bajo esta denominación, la ciudad amplió y reforzó sus muros, construyó un puerto fluvial, y aumentó mucho su número de habitantes. Por todo ello, llegó a ser una de las más importantes villas de la actual provincia de Málaga, gozando de la consideración de municipio ya en el año 195 a. C. Es de esta época de la que más restos arqueológicos se conservan a día de hoy.
Tras el dominio romano, Cártama pasó sucesivamente a poder de visigodos y musulmanes. Los árabes remodelaron el castillo, reconvirtiéndolo en un centro de carácter político, económico y militar; así como las murallas, que convirtieron al pueblo en uno de los principales baluartes de la defensa de Málaga, y cuyas ruinas subsisten todavía. Fue durante esta época cuando la población tomó su nombre actual, Cártama, de origen musulmán.
En 1485, Cártama fue reconquistada por las tropas de los Reyes Católicos.

Historia de Pechina.-Almeria

Historia y origenes.
A muchas personas les suena Pechina, aunque sea por aquello de que una de las antiguas puertas de la ciudad de Almería la más importante fuese llamada con este nombre, lo que es sin duda indicativo del papel que tuvo Pechina en el pasado. Las culturas mediterráneas; en sus cercanías estuvo la Urci romana; y ella misma, Pechina, fue la dominante Bayyana de que nos hablan los geógrafos e historiadores árabes, origen y madre de la ciudad de Almería. Las primeras noticias que dan a este lugar relevancia histórica, refieren la existencia de una ciudad importante, la Urci romana, ubicada en las inmediaciones de la actual Pechina. Aunque hay discrepancias sobre la ubicación concreta de Urci (Torres Balbás la sitúa en el Chuche y Schulten en el cerro de Cruz o la Jarica), es evidente que fue importante cruce de comunicaciones: por tierra, una de las estaciones del Itinerario Antonino; por mar era el Portus Magnus. Fue primera sede episcopal de San Indalecio, uno de los siete varones apostólicos, que en ella recibió sepultura, y como tal sede persistió hasta finales del siglo IX, cuando llegaron los primeros grupos islámicos.Según al-Rusati,Abderramán II encargó a un grupo de yemeníes, las tribus de Gassan y las de Ru'ayn, la defensa de la costa almeriense.
Este distrito (iqlim) será conocido como Urs al-Yaman, y su capital (madina) como Bayyana, nombre que Torres Balbás afirma que procede de una heredad, fundus Baianus, que allí existió. Wadi Bayyana se llamó al río que la circunda, en época islámica. Unidos los yemeníes con ciertos marinos y comerciantes andalusíes, procedentes del puerto norteafricano de Tenes (884-885), se constituyó la llamada República Marítima de Pechina, época ésta la más esplendorosa de su historia. "Iglesia" Bayyana será la tercera cora del emirato de Córdoba, del que mantendrá una semiindependencia, con dirigentes propios, los Banu Aswad, uno de los cuales,'Umar b. Aswad al-Gassani, la rodeó de murallas y construyó a su cargo una espléndida mezquita, a semejanza de Córdoba. Por su puerto, al-mariyya Bayyana, primitiva atalaya costera sobre su bahía la actual ciudad de Almería se comerciaba con Oriente y puertos de Yfriquiya y Bizancio, en un provechoso intercambio en el que sobresalía la artesanía textil de lino y seda fabricada enPechina. En 1748 se inician las obras en el paraje El Marraque, término de Pechina hoy Rioja, sufragadas por los hacendados de aquella y de Viator, a razón de 9 reales por tahulla de tierra. El suministro inicial que se obtiene es de 434,19 horas de agua, que fertilizarán 1.620 tahullas de tierra.
En esta época, son 59 los propietarios y persiste el antiguo esquema: 4 con más de 100 tahullas, 6 entre 50 y 100, 21 entre 10 y 50, y 25 con menos de 10 tahullas de tierra. Al mismo tiempo, Pechina se va transformando en entidad urbana, en una evolución que, desde un mosaico de casas-huertos diseminadas, pasa a agruparse en tres barrios: el de la Iglesia con 32 inmuebles, el Alto con 59 y el de la Alcantarilla con 5. En 1850, sus 1.752 habitantes cuentan ya con una escuela de primera enseñanza, casa municipal, 5 tiendas y 1 taberna. En Alhamilla, don Claudio Sanz y Torres, obispo de Almería, levanta el actual edificio de los baños en 1776, dándole nueva vida después del profundo sueño en el que se hallaba.
De 1850 a 1900 se produce una auténtica revolución agraria, general en el valle, que transforma no sólo el paisaje, sino también la forma de vida de sus gentes. Los tradicionales cultivos de la zona se sustituyen por la efímera uva de embarque. Las ganancias son rápidas. La población se duplica, alcanzando los3.986 habitantes, y, al calor de las nuevas rentas, se levantan nobles edificios para solaz de sus vecinos. Por entonces, el obispo don Gaspar Molina y Rochas adosó al templo parroquial, como palacete de verano, una casa de sobrias y cuidadas dimensiones; el escudo episcopal campeó sobre una de las rejas que cerraban y cierran sus vanos. "Bajo Andarax" Allí estrenó Juan del Moral Perceval, en "petit comité", su drama Marisol, el cual, en 1887, llevaría a la escena la célebre actriz Julia Cirera, en función ya profesional.
La filoxera y la crisis de los mercados internacionales, producida ésta por la primera guerra mundial, hunden el cultivo de la parra, que es sustituida, hacia 1920, por el naranjo, que con el tiempo también fracasaría, debido al mantenimiento de estructuras agrícolas arcaicas y a la gran competencia levantina. Pechina musulmana, morisca y cristiana, confluencia de culturas, y fuente de numerosas leyendas, se aferra a sus raíces en sus más queridos edificios. En 1909, el obispo don Vicente Casanova, cedió el edificio a una comunidad de religiosas Carmelitas de la Caridad, a quienes sustituiría una Orden franciscana, que se dedicó a la enseñanza de las niñas de Pechina. Hoy este edificio, casi arruinado, está en venta.
Un teatro de pequeñas dimensiones, pero del estilo y las características propios de la época, servía de palestra para los muchos aficionados a la escena que existían en Pechina. Durante los últimos siglos, los pechineros dotaron su iglesia parroquial con un hermoso retablo dorado y hasta 14 imágenes, entre las cuales destacaban unaDolorosa de Salzillo, una Purísima de Morales y un Vía Crucis de altorrelieve de Navas Parejo. Todo ello fue presa de las llamas durante la Guerra Civil, en una explosión de barbarie que concluyó en una danza macabra alrededor de la hoguera en que ardía el documentado archivo parroquial. La hermosa leyenda de San Indalecio narra que, cuando desembarcó en la rambla que lleva su nombre, su huella indeleble quedó grabada en una piedra, como testimonio de su grandeza.
Junto a ésta, y donde es tradición que estuvieron sepultados sus restos, hoy se alza una ermita. Su construcción se inició en 1913, patrocinada por Doña Angustias Cabrerizo Gutiérrez, pero algún duende andaría por medio, pues se hundió en dos ocasiones. La tercera data de 1923. Tenía un hermoso retablo de San Indalecio, restaurado en los talleres granadinos de Navas Parejo. De estos años datan otras dos ermitas, la del Carmen y la dedicada a la Santa Cruz. Todas ardieron en la guerra, siendo reedificada sólo la del Carmen, por Don Francisco Felices. Otras muchas leyendas cuentan los ancianos del lugar. Unas rememoran sueños de grandes tesoros ocultos en las entrañas de la tierra y otras nos hablan de espíritus, como la bella Aisa, a quien cada noche, mientras peinaba su hermoso cabello con peine de plata, las aguas de un pozo le devolvían su hermosura empañada con las lágrimas de un amor imposible por un cristiano, hasta atrapada en las aguas del pozo, pasea desde entonces su pena en las noches de luna llena.
 "Palmeral" Pechina, como lugar más antiguo, ostentaría unos derechos privilegiados, que luego conservaría. Por ella comenzaba el riego de la tanda el viernes a mediodía, principio de la semana musulmana, hasta completar sus 60 horas de agua; igualmente iniciaba la tanda alternativa en momentos de sequía; y además disfrutaba del corte de las aguas, aprovechándose ésta en el pago del Chilichí. De época musulmana datan también sus tres acequias principales y el emplazamientos de sus molinos, entonces almazaras. Población y producción evolucionarán al unísono. Superado el bache demográfico de finales del siglo XVI, se percibe un lento crecimiento, acorde con el conjunto peninsular. Según el Catastro de Ensenada, la población en 1752 era de 920 habitantes, y la producción de aceite de 3.600 arrobas. Salvo la producción sedera que no se rehará de la expulsión de los moriscos, apenas se manifiestan cambios en la actividad económica de Pechina hasta mediados del siglo XIX. El aumento de población que hemos notado en el siglo XVIII, y, por tanto, la necesidad de nuevas tierras de cultivo, mueven a la iniciativa privada, imbuida del espíritu de la Ilustración, a construir una fuente propia de agua.
Fuente.-  Ayuntamiento de Pechina